El desayuno ha sido denominado como una de las comidas más importantes del día, aunque en ocasiones este calificativo ha sido cuestionado.

Sin restarle importancia al resto de comidas que se realizan en el día y que contribuyen a configurar la calidad de la dieta global, el desayuno se diferencia de otras ingestas en que rompe una situación de ayuno mantenida durante un tiempo considerable (desde la última ingesta del día anterior) y supone una reorientación de los procesos metabólicos: Se pasa de utilizar las grasas como fuente de energía a emplearse con preferencia la glucosa. Mantener durante más tiempo una situación de ayuno afecta más a colectivos como los niños, ya que su capacidad de adaptación es menor.

Desayuno

Pero, ¿qué es el desayuno?

Una de las definiciones de desayuno más recientes, consensuada tras revisar los criterios empleados en diferentes estudios, es la siguiente: “El desayuno es la primera comida del día, rompe el ayuno después del largo periodo de sueño, se consume dentro de las 2 ó 3 horas tras el despertar, está compuesto de alimentos y bebidas de al menos un grupo de alimentos y puede consumirse en cualquier lugar.

Cuando se define el desayuno en términos de contenido energético, hay un cierto consenso de que debería aportar entre el 20 y el 25% de las necesidades energéticas diarias, y la mayoría de los estudios, tanto en poblaciones occidentales como orientales, definen un desayuno adecuado como aquel que proporciona al menos el 20% de las necesidades de energía.

Desayuno

¿Qué alimentos se deben de incluir en el desayuno?

En cuanto a los alimentos que deberían formar parte del desayuno, y centrándonos en el contexto de un patrón de dieta mediterráneo, lo más habitual es que se recomiende la inclusión de alimentos del grupo de cereales, lácteos y fruta, fundamentalmente, y también pueden incorporarse otros, como proteicos (huevos, jamón…) u otros que pueden ayudar a que esta comida sea más apetecible (frutos secos, aceite, azúcar, miel, tomate, mermelada…). Sin descuidar el perfil nutricional del producto, introducir alimentos de diferentes grupos ayuda a conseguir variedad e incorporar más nutrientes a esta primera comida del día.

Desayuno

 Relación entre el desayuno y la calidad global de la dieta

Hay numerosos estudios que han relacionado la realización de un desayuno adecuado con una mejor ingesta de nutrientes y calidad global de la dieta. Por ejemplo, en escolares españoles de 9 a 13 años, la energía del desayuno se relacionó positivamente con la ingesta total de lácteos, y aquellos que tomaron desayunos menos energéticos (menos del 20% de la energía total del día) tomaban también menos lácteos y calcio tanto en el desayuno como en el total del día. En escolares del Reino Unido de 4 a 18 años, las dietas de aquellos que desayunaban todos los días cubrían mejor su gasto energético, aportaban menor cantidad de grasa y azúcares y mayor de hidratos de carbono, fibra, folatos, calcio, hierro y yodo. Y en adultos españoles, saltarse el desayuno, o que esta comida aporte poca energía, se asocia con un patrón dietético más alejado de la dieta mediterránea. Estos resultados ponen de relieve la importancia de realizar esta comida, debido a la ingesta de nutrientes como calcio, vitamina D y folatos.

Fuente

López Sobaler, Ana M., Cuadrado Soto, Esther, Peral Suárez, África, Aparicio, Aránzazu, & Ortega, Rosa M.. (2018). Importancia del desayuno en la mejora nutricional y sanitaria de la población. Nutrición Hospitalaria, 35(spe6), 3-6. Epub 06 de julio de 2020.https://dx.doi.org/10.20960/nh.2278

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